miércoles, 22 de octubre de 2008

Un lobo feroz con disfraz de caperucita

Los primeros tramos de la gestión de Mauricio Macri en la jefatura de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires muestran que detrás de aquella imagen de campaña de hombre capaz de poner en práctica una nueva política al servicio de "la gente, se escondía otra encarnación de un personaje muy conocido en estas tierras: el viejo lobo del neoliberalismo. Despidió a casi 2.400 empleados contratados con diferentes modalidades que encubren una legítima relación de dependencia laboral con el Estado. Algunos de ellos tenían más diez años de antigüedad y la mayoría cobraba sueldos de menos de 1.500 pesos. También anunció el análisis caso por caso de otros 18.000 contratos, en el marco de su plan de recorte de personal. Más allá de la acción de amparo dictada por la jueza en lo Contencioso y Administrativo porteño Elena Liberatori de Haramburu, que permitió a los despedidos permanecer provisoriamente en sus puestos, el achique del Estado , una de las medidas neoliberales más preciadas, Un lobo feroz con disfraz de caperucita Por Daniel Cecchini Mauricio Macri llegó al gobierno municipal con promesas de honestidad y buena gestión. Pero en sólo un mes, mostró sus peores garras. Despidos masivos, impuestazos, discriminación y endeudamiento. fue puesto en marcha. Por ahora, la Justicia parece poner un freno a sus pretensiones: también el juez Roberto Gallardo dictó una medida similar a pedido de los sindicalistas de Sutecba y el magistrado Vicente Cataldo falló a favor de amparos presentados en forma individual por varios de los empleados que quedaron en la calle.Desde un postura claramente discriminatoria, anunció la creación de un nuevo sistema de atención en los hospitales públicos de la ciudad, priorizando la atención de los residentes de la ciudad y marginando a los usuarios provenientes del Conurbano bonaerense.Contradiciendo su propio discurso de campaña, aplicó un fuerte incremento del ABL, que afecta de manera significativa los bolsillos de los propietarios e inquilinos porteños. También las patentes de automóviles se incrementarían hasta un 150 por ciento durante 2008. –En el Presupuesto 2008 está previsto un endeudamiento de más de 2.000 millones de pesos.A todo esto se suma, entre otras medidas, la intervención de la obra social
de los municipales, los nombramientos de funcionarios y asesores provenientes de empresas privadas, el desmantelamiento del área de Cultura y Educación, fuertes incrementos salariales en las designaciones de funcionarios macristas y la reducción de las actividades culturales gratuitas en la ciudad.

DEL DICHO AL HECHO…
Lo que me impresionó en la campaña es que el discurso tradicional de Macri, que siempre fue claramente neoliberal, tuviera rasgos menos acusados, sobre todo cuando hablaba de temas como salud y educación.
De alguna manera escondió lo que piensa y pensaba, pero además, la gente
no tuvo ganas de verlo, dice el politólogo Alfredo Pucciareli, profesor consulto de la UBA y ex investigador del Conicet. De todos modos, desde su punto de vista, no fue este discurso el que le permitió ganar los comicios: “Macri no ganó la elección sino que la perdieron los otros por los errores que cometieron, tanto Telerman, como el Frente para la Victoria e incluso la izquierda. Personalmente creo que lo votaron más como castigo para los otros que acordando con él, sostiene. Para Gustavo Martínez Pandiani, presidente de la Asociación Argentina de Marketing Político, este contraste entre discurso de campaña y acción de gobierno es nada más que la repetición de un viejo fenómeno: “Frente al recuerdo aún fresco del suave y amigable discurso electoral macrista, algunos observadores se vieron sorprendidos por la dureza del debutante. Pero, en rigor, no hay nada de novedoso en esta mutación. La historia política moderna demuestra que los bambis de las campañas suelen transformarse en lobos a la hora de llegar al gobierno”, opina.

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